viernes, 20 de enero de 2017

Microrelato 6

En el cuadro estaba esa persona...Más bien, era la viva imagen de un muerto viviente, con sus lombrices carcomiéndole la cara y la complexión cadavérica del mismo.
Intuí que ese cuadro estaba escondido por ser una obra demasiado perturbadora para los que vivían en esta casa. Ese era el cuadro que estaba en el salón, donde ahora hay un hueco sucio y deteriorado.
Cuando llegué a esta casa, el cuadro no estaba allí, pero no le dí mucha importancia;ahora tenía la curiosidad de saber por qué mi amo dejó que el artista le pintara de tal manera.
Dudé en que el artista odiara tanto a mi amo que lo retratró de la manera más horrible, plasmando su repulsión en el cuadro.
Decidí acercarme un poco más para observar más de cerca el cuadro, arrugando la nariz al notar el olor a putrefacción.
Tragué saliva al descubrir que era el cuadro quien olía realmente mal y pasé un dedo por la zona de la cara de mi "amo".
Me sobresalté al escuchar un alarido de dolor, por lo que me aparté del cuadro con miedo.
Volví a tapar el cuadro lo más rápido que pude y me dispuse a salir de la estancia; pero choqué con mi amo.
- Señor Gray, yo...-Conseguí decir, presa del pánico.
-Tú...- Me fijé en que se tapaba la parte derecha de la cara con la mano mientras se acercaba.- No deberías estar aquí.
Intenté disculparme, pero antes de darme cuenta, sus manos rodearon mi cuello, axfisiándome.
Lo último que recordaré será aquella quemadura en la cara de mi amo, exacta a la del cuadro...

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