miércoles, 5 de octubre de 2016

Micro relato 2

En ese pasillo tan frío de aquel hospital abandonado, estaba yo; preguntándome cómo había llegado allí. Miré hacia el supuesto final de dicho pasillo unos segundos y me volví para ver que detrás de mí, el pasillo era igual.
Escuché un ruido metálico, lo que hizo volver a mi posición, buscando la fuente de aquel sonido. Miré por todos lados, encontrándome con que una bombilla fundida del techo. Resoplé, diciéndome lo tonta que había sido por asustarme así.
Pero el nerviosismo volvió al ver a una niña con un camisón que estaba a unos metros de mí, bajo la bombilla fundida.
Dudé en si acercarme o no, pero incoscientemente avancé un poco. "Huye...", escuché decir a la niña, haciendo que parara en seco.
No entendí lo que me quiso decir, pero en cuanto ví las luces fundirse una a una, enguyendo a la niña; empecé a correr en dirección contraria.
Sólo me d¡centraba en correr y correr, sintiendo como la oscuridad me perseguías, como las puertas se abrían y cerraban violentamente.
Tras una eternidad, me topé con una puerta y no dudé en abrirla, encontrándome con unas escarelas. Las bajé lo más rápido que pude, tropezándome con mis propios pies, pero aún así no me detuve.
Al final me topé con otra puerta similar y la abrí. Entré y me topé con la oscuridad.
Me tomé unos minutos para recuperar mi respiración y me volví...¡La puerta había desaparecido!
¿Esto sera una broma no?
Pegué un pequeño respingo al ver que unas luces se encendían. El pánico me recorrió la espina dorsal al ver a la niña del camisón, sonriéndome malvadamente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario